Los anillos del amor

Los Anillos del Amor, una experiencia de Constelaciones Familiares

Reconciliación y amor

Desde los tiempos remotos todas las visiones de los pueblos del mundo han conocido esta verdad para los hombres. Las tradiciones sagradas lo llevan desde el comienzo de los tiempos como estandarte de toda la evolución humana. Y es que la vida en la tierra se trata de esa realidad: reconcialiar y amar… conocer la unidad que se mantiene intacta detras de esas verdades: Reconciliación y amor. Reconciliación como la exacta comprensión de que nunca podrá estar separado lo que siempre ha estado unido y Amor como el poder cohesivo de la creación, lo que mantiene en armonía al universo, la gran unidad de todo lo viviente.

Desde esta mirada Bert Hellinger nos trae una experiencia viviente de esta realidad como ofrenda para este momento planetario donde estamos llamados a realizar la reconciliación y el amor para seguir nuestro camino en la evolución.

Asi como la madre tierra nos cobija y en ella somos, nos desarrollamos y crecemos nuestro primer contacto nuestra mayor felicidad, nuestro más sagrado recuerdo nace con nuestra madre. La felicidad es un obsequio, un verdadero presente. Somos felices si nos alegramos de esa primera relación. Ninguna relación resultará si esa primera relación no resulto plena. La mayor felicidad para un niño es estar con la madre. Es la felicidad primaria. Naturalmente mas adelante deberá estar con otras personas. Pero no importa. Se puede llevar consigo la felicidad primaria. Después habrá más distancia, pero lo sustancial fue mirar a la madre a los ojos y decir: “Sí, me alegra de que seas mi madre. Es para mi lo más hermoso que tú seas mi madre”.

… Es el modo en que se nos presenta la plenitud de la vida y de la felicidad. Es la base de toda felicidad posterior. Es también la base del amor por la naturaleza. Por así decirlo, la naturaleza es la gran madre.

Cuando incorporo a mi madre y a mi padre completamente en mi, sin objeción alguna… Entonces se instala toda la plenitud de ellos en mi alma. Esta es la honra más plena de la vida.



El primer anillo: Los padres.

El primer anillo comienza con el amor reciproco de nuestros padres como pareja. Ese amor nos generó a nosotros. Nos engendraron como su hijo o hija y nos aceptaron. Nos alimentaron, cuidaron, protegieron durante muchos años. Tomar con amor ese amor de ellos, es el primer anillo del amor. Él es el presupuesto para todo otro amor. Como alguien debe saber amar mas adelante a otros si no vivió este amor? Este amor incluye que también amemos a los antepasados de nuestros padres. Porque nuestros padres en algún tiempo también fueron niños y tomaron de sus padres y abuelos lo que más tarde nos dieron a nosotros. 


El segundo anillo: La infancia y la adolescencia.

Todo lo que mis padres me dieron lo tomo de ellos con amor. Reconozco todo lo bueno que recibí en mi infancia. Y ahora conciento todo lo que sucedió en ella. También que mis padres no hayan advertido algunas cosas y que se hayan equivoado en otras, que algunas cosas hasta fueron una locura. Forma parte del todo. Yo crezco confrontandome con esta diversidad de desafíos, incluso ocn el pesar y el dolor, y con eso de tener que cumplir, consintiéndolo asimismo y tomándolo. Como niño crezco tomando.
Recien cuando haya atravesado plenamente este segundo anillo del amor, soy capaz de mantener una relación de pareja sustentable. La mayoría de los problemas y las dificultades en relaciones posteriores se deben a que no se completaron el primero y el segundo anillo del amor. Entonces hay que volver allí y recuperar lo faltante.

El tercer anillo: Dar y tomar.


El adulto puede tanto dar como tomar. Si tomo, me intregro como uno entre varios. Tiene grandeza tomar el amor como uno entre varios. Si yo puedo tomar así, también puedo dar. Dar se inicia con tomar correctamente.
En las relaciones adultas, la clave radica en que ambos puedan tomar recíprocamente en la misma medida. Esta es la compensación más importante. No que den en la misma medida, sino que tomen en la misma medida. Eso une. Tomar es un arte elevado. Se trata de tomar valorando. 
Como adultos damos sin la expectativa de que el otro deba darnos algo que no puede darnos. En esta posturase ganan las fuerzas para la propia paternidad. En ella concluye el tomar. Allí comienza el dar a otros, el intercambio a través de las generaciones. Este es el tercer anillo.
Cuando ambos, el hombre y la mujer, hayan tomado plenamente a sus padres y se transformen en una pareja, ellos rebalsande lo que proviene de sus padres y se van dando mutuamente a partir de tanta plenitud.


El cuarto anillo: El consentimiento de todas las personas de mi familia.

La plenitud interior. Quiere decir que todos los que pertenecen a mi familia tendrán un lugar en mi alma, aún aquellos que fueron rechazados, despreciados y olvidados. Sin ellos me percibo incompleto en mi alma y en mi cuerpo. Recién cuando los incluyo en mi alma y en mi amor me siento pleno e integro.

El quinto anillo: El consentimiento al mundo tal como es.


El mismo movimiento en el que incluyo, en mi amor, a lo que hasta ahora he excluido, temido o rechazado, lo extiendo a todas las demás personas. Se orienta hacia la humanidad. La capacidad de reconciliación entre los pueblos.

Talleres quincenales de tres horas de duración

Coordinación: Trixie Moura

Informes e inscripciones: anillos@campoesencial.com.ar