Cómo ser Felices – Curso Universidad de Yale

A comienzos de año, la Universidad de Yale lanzó un curso optativo que rápidamente se convirtió en el más numeroso jamás creado. Uno de cuatro alumnos, más allá de la carrera que estaba estudiando, se anotó para participar. Hasta tuvieron que subirlo Online para los que se quedaron afuera, ya que el más grande auditorio de la Universidad no podía albergar a toda la gente que quería participar. El tema del curso era: “Cómo ser Felices.” Cómo era posible que tanta gente no estuviera a la altura de poder lograrlo?
El autor de esta nota decidió investigar el tema y dedicar un par de publicaciones , ya que no podía volcar lo investigado en un solo artículo. Llegó a la conclusión de que “somos muy malos entendiendo cómo funciona nuestra propia felicidad!
Y nos dice: “El nivel de felicidad de una persona es, a grandes rasgos, determinado por tres factores: la genética, los hábitos y las circumstancias de la vida.”
En cuanto a la genética, los científicos estiman que un 50% del nivel de felicidad lo traemos al nacer. Algo así como que algunos vienen mejor cableados que otros. Aspectos como el humor, el optimismo o la sensibilidad tienen un fuerte componente hereditario. Dependemos de cuán favorecidos salimos en la lotería de los genes.
-Pienso (yo) que si pueden ser hereditarios los estados depresivos, no es de extrañar que también lo sea el camino inverso.
Los estudiantes tomaron las circumstancias de la vida (qué trabajo tenés, dónde vivis, un buen sueldo…o sea, si te va bien, como con mucho más peso que los hábitos de vida.
En general , creyeron que lo que les faltaba para ser felices era mejorar sus circumstancias. Y, lo que el curso les mostró, citando abundantes estudios que lo sustentaron, es que, para mejorar la felicidad, es mucho más importante desarrollar ciertos hábitos que conseguir un aumento de sueldo o cambiar el auto. Y, esos hábitos, en general, tienen que ver con mejorar sus vínculos y la conexión con otras personas, más que con lograr conseguir más cosas.
Esta conclusión puede sonar a obviedad, y, sin embargo la encuesta y la observación cotidiana se ocupa de mostrarnos que, pese a creer que lo sabemos, nuestra conducta y nuestras prioridades no se ajustan generalmente a esos principios. En definitiva, el curso tuvo tanto de éxito porque la mayoría necesitamos todavía aprender mucho sobre el funcionamiento de nuestra propia felicidad.
Autor del libro “Pasaje al Futuro”
Con comentarios de L.E